sábado

Nancy (Mía Grace)

—¡Ya sé!— gritó Lola emocionada mientras se levantaba de la silla,— ‘Breakfast At Tiffany’s’—.
Mía rió ante la emoción de su equipo y se volvió a sentar asintiendo. Era el turno de Simón. Se sentó al lado de Noah y este la abrazo con un brazo y la atrajo a su pecho. Mientras simón trataba de imitar a un gorila, Mía se puso a pensar en ellos dos. Su relación, a pesar de que muchos creían que se había venido a menos, era mejor que antes. Aunque Mía no podía evitar llorar de vez en cuando, sabía que él iba a estar bien. Simón tenía un principio de bipolaridad. Nada grave, y completamente tratable, y ella era la única que sabía, gracias a que la mamá de él, se fue de boca. Simón le había rogado que no diga nada, que quería seguir así, ocultándolo, y aunque a ella no le parecía lo mejor, no podía hacer, ni mucho menos decir, nada.
Simón seguía haciendo una vaga imitación de un gorila mientras Tadeo y Noah pensaban y repetían ‘la tengo en la punta de la lengua’.
—¡‘King Kong’!— gritó de repente con exasperación y más de una cabeza se dio vuelta para mirarla,—siempre elige lo mismo manga de retardados mentales, y nunca la adivinan.—revoleó los ojos y se mordió el labio inferior, un gesto típico en ella.— Dios mío, como si fuera muy difícil adivinar que esto—, dijo mientras imitaba de una manera graciosa a Simón hace unos minutos,—es un mono, gorila, whatever—.
—Les ganamos… Otra vez.— dijo en medio de un bostezo Lola.
—Esto ya es aburrido, vallamos a bailar—, sugirió Alicia.
Se levantaron de la mesa y se fueron al piso de abajo. Estuvieron así un rato largo, y mientras todos bailaban desaforadamente, Mía fue a buscar algo para tomar a la barra. Se pidió un Martini de manzana, y cuando estaba volviendo, al pie de la escalera, al lado de la pared, los vio.
Ella estaba colgada, literalmente, de él. Y aunque se les veía poco y nada la cara, los reconoció al instante. Noah y Magda. Camino hasta donde estaban, corrió a Magda de la boca de su novio, y le tiro el Martini en la cabeza, miró a Noah, que tenía cara de no entender nada, le pego un cachetazo, le sonrió y se fue al baño, mientras de a poco cesaban los gritos de histeria de Magda.
El baño estaba vacío. Mía se lavó las manos y se miró al espejo. Tenía su usual pelo lacio todo mezclado y mojado por la traspiración, el rímel y el delineador, que una vez estuvieron bordeando el ojo, ahora le manchaban las mejillas por las lágrimas. Era un desastre. Gritó, y sin pensarlo, le dio un manotazo al espejo. Mía sintió un líquido húmedo y tibio en la palma de su mano, mientras el espejo caía a pedazos. Se miró la palma y tenía un corte, no muy profundo, pero si largo.
—Genial—, murmuro mientras se largaba a llorar otra vez.
Una chica de pelo negro como el carbón, corte bob con flequillo y un lacio perfecto salió del último cubículo.
—Hey, amiga— dijo mientras se acercaba,—¿Estás bien?— pregunto.
Mía la miro, tenía medias de red, converse rojas, una remera, que era imposible no reconocerla, de 5 preview y una camisa tipo leñador negra y blanca que estaba segura que no era de ella. La chica la miraba con una sonrisa en la boca esperando a que termine de analizarla. Mía contestó un vago ‘si’ mientras se lavaba la mano, por lo menos ya había dejado de sangrar.
La chica le pasó papel para que se seque y le sonrió. Mía le devolvió la sonrisa.
—No tenés pinta de estar bien—, le dijo mientras la miraba de arriba abajo con cara de pena.—Toma— sacó un sobre con el tan conocido polvito blanco,—esto te va a hacer mejor— y se lo dio mientras le sonreía, —y no te preocupes, hoy invita la casa—.
—Gracias… pero nunca probé— contestó Mía. La chica abrió el sobrecito, lo apoyo arriba de un seca manos, lo dividió con una uña y aspiró una línea, le armó una a ella y se lo ofreció haciendo un ademán con la mano. Mía la imitó.
Sintió como subía por su nariz y abajaba por su tráquea, e instantáneamente, su humor cambio. Sintió como todo se aclaraba y sintió que veía con más claridad. De repente, Noah y Magda no le importaban tanto. Quería solo bailar y reírse. Tenía muchas ganas de reírse.
La chica la miró y le dio un papel con un número de teléfono.
—Por cualquier cosa—, le sonrió y empezó a caminar a la puerta pero antes de llegar se giró para decir,—Soy Nancy—.

martes

Profile: Simón Deyn

Simón es morocho, de ojos marrones y tez olivácea. Es un chico común, de estatura promedio (1,80 cm), pero escuálido. Usa ropa holgada, jeans caídos y buzos canguro y a veces chombas, pero casi siempre remeras comunes con estampas divertidas. Siente fascinación por su skate Enjoi y lo lleva a todos lados, al igual que su mochila DC. Colecciona zapatillas. Su papá desapareció hace un par de años atrás y desde ese entonces, su madre es el único sostén, por lo que tienen problemas económicos; Simón trabaja para comprarse sus cosas. Tiene un principio de esquizofrenia y la única que lo sabe es Mía.

jueves

Profile: Mia Grace



Mía es pelirroja de ojos marrones que a la luz parecen rojos. Tiene pecas en la nariz y mejillas y es sumamente pálida. Su cuerpo es diminuto y mide 1,65 (cm). Se considera petisa, por lo que es usual verla usando todo tipo de plataformas y zapatos de taco, aunque, de vez en cuando opta por las zapatillas, los borceguíes o las chatitas. Siempre usa delineador negro y usualmente tiene las uñas pintadas en todos oscuros o fluo. Su marca de ropa preferida es Chanel, de zapatos Alexander McQueen y Christian Louboutin. Sus prendas favoritas son: un blazer negro en cascada de Alice + Olive, unas botas hasta el tobillo negras de Alexander Mcqueen, un jean negro roto de Republic, una cartea clásica Chanel, y una remera gris semi trasparente de Callypso Celle. Usa solamente ropa interior negra y en su defecto blanca, y entre todo su guardarropa, prevalece el negro, el gris, el azul marino, el turquesa y el blanco. Es compradora compulsiva.

Exageración (Alicia Ranz)

El sueño la estaba matando, pero sabía que no podía dormirse, no hasta que pasara el efecto. Ya era casi mediodía y estaba tratando de sacar las cuentas para saber en cuanto tiempo podía dormirse. Tenía miedo de hacerlo y nunca despertarse. 
Estaban estacionados afuera de su casa, hacía calor, y Alicia se sentía sofocada gracias al calor que hacia dentro del auto. Simón estaba plácidamente dormido desde las 3 de la mañana apoyado contra la ventanilla. No había muchos sonidos más que un par de perros ladrando a lo lejos y el viento. Alicia tenía las manos fuertemente agarradas en el volante y miraba fijamente para adelante. Miró a Simón que de a poco se iba despertando.
—Se supone que te ibas a quedar despierto conmigo —le recriminó con una sonrisa calmada entre susurros para que no la escuche.
No quería entrar a su casa, no quería dormir y sentía un horrible dolor en el estomago que parecía difundirse por todo su pecho; con cada aspiración sentía que se quedaba más dormida, pero no podía. En ese  instante comenzó a arrepentirse por haber escuchado a Mía, siempre le pasaba lo mismo y ahora se sentía peor, porque todavía le guardaba resentimiento por lo que hizo. Simón abrió los ojos y la miro.
—Mía y sus pastillas. Sos una idiota cariño—,  le dijo él como si supiera exactamente por lo que ella estaba pasando.—Alicia, dormí, yo te cuido—.
—Lo mismo me dijiste a las 2 de la mañana, y mira como estoy—.
—No es mi culpa que hagas todas las idioteces que te dice—.
—Bueno Simón, si ahora me duermo y me muero, vos y nadie más que vos te vas a sentir responsable, te va a carcomer la cabeza el resto de tu vida y cuando tengas hijos les vas a decir que no tomen drogas y le vas a contar la historia de cómo tu novia de la adolescencia se murió así—.
—Sos tan exagerada que…— , él se estiro desde el asiento de pasajero y la beso rápidamente.
—Te aprovechas de mí porque estoy así; toda intoxicada, por morirme y vos solamente... vivís caliente Simón—. él puso los ojos en blanco y miró por la ventana con cara de ofendido.
—Te pones paranoica por todo, no voy a salir más a fiestas con vos—.
De la nada los dos escucharon un ruido que provenía de la casa de Alicia, se dieron vuelta y vieron una silueta delgada.
—¿Lola?—, exclamaron ambos sorprendidos.
Ella paso por al lado del auto y Simón bajo y la saludo, Alicia miraba todo desde adentro. No se escuchaba mucho por el ruido, pero pudo notar por la cara de Lola que no estaba bien. Al instante Lola comenzó a llorar, y Alicia, casi instintivamente bajo también y la abrazo.
—Alicia, perdón, de verdad perdón, yo sé que no se hace… pero, tenés que entender— Lola balbuceaba entre lagrimas tratando de explicar.
—¿Qué hiciste?—, le pregunto Alicia con los ojos bien abiertos.
—Estuve con Paco—.  Alicia quedo muda, inspiro y pregunto calmada pero seria
 ¿En qué sentido Lola?— peguntó, otra vez, pero ahora enojada.
—En el sentido que nunca estuve con nadie…— logro decir Lola con lágrimas en los ojos otra vez.  
Simón miraba perplejo la situación
— ¿Sos virgen… eras virgen?, no lo puedo creer man—, exclamó desubicadamente.
Alicia se metió en el auto, lo arranco y se fue.

One way or another (Noah Madero)

—Entonces ¿Querés o no?—preguntó la voz femenina del otro lado del teléfono. Noah se distrajo mirando a Mía, que dormía apoyada en su pecho, —Noah, ¿me escuchas?—insistió la voz.
— ¿Qué…? Ah, no, no puedo Magda, chau—. Y cortó.
Noah siguió mirando a Mía. Era tan chiquita y tan indefensa dormida… Noah imagino cómo sería, por lo menso una vez, ver a Mía sin su usual escudo protector, sin su frialdad. La verdadera Mía.
Miró para abajo y vio que ella había abierto un ojo y lo miraba con expresión confusa. Soltó una carcajada y volvió a cerrar el ojo.
— ¿De qué te reis locura?—preguntó con curiosidad, pero mía se limitó a reír más fuerte.
—De vos—, soltó con vos ronca—y de nuestra situación actual. ¿Cómo fue que te dije el otro día… respiremos juntos?— y volvió a reír, pero esta vez Noah se le unió.
— ¿Qué tiene de malo?—preguntó este.
— ¿Qué qué tiene de malo?—le recrimino con tono serio—Que fue lo más pegajoso que dije alguna vez. Y no te acostumbres, esa fue la primera única y última vez que me escuchas decir algo tan meloso. ¿Capishe?—Noah salto una carcajada al ver el intento fallido de Mía de tratar de parecer una mafiosa italiana.
 Mía curvo una perfecta ceja rojiza y le gruño. Noah asintió y soltó un ‘no me mate señorita Grace’ con cara de susto, para luego ambos estallar en risas.
Estuvieron así varios minutos, los cuales a Noah el parecieron horas. Hacía mucho tiempo que no la pasaba tan bien, y mucho menos con Mía. En los últimos meses, todo había estado dado vuelta. El había complicado todo cuando estuvo con Magda, la cual termino enamorándose. Mía y el peleados, y a su vez, ella empezando a sentir cosas por Simón, el mejor amigo de ambos. Simón, empezando por fin su relación con Alicia; Tadeo, bueno, Tadeo estaba solo, y era lo mejor para todos que siga así, ya tiene demasiado con su vida. Tadeo había dejado de ser lo que era antes para Noah, últimamente sentía que no lo conocía en absoluto. Y por último, Lola. Lola era, en cierta forma, la más especial, y por más que ahora tenga a Jonas, estaba volviendo a tener problemas alimenticios, y eso preocupaba a todo el grupo. Pero a pesar de todo, las cosas tomaban su curso y mejoraban.
—Estas muy callado Madero, ¿en qué pensás?—preguntó Mía con los ojos cerrados, otra vez apoyada en su pecho.
—En nosotros. No en nosotros dos, en el grupo en general, y en como las cosas, de a poco, toman su curso, y de alguna manera u otra, mejoran—respondió mientras le acariciaba el pelo.

lunes

Distant as the milky way (Lola Cruz)

Escuchaba el movimiento de la cama golpeando contra la pared de la otra habitación, se preguntaba porque estaba ahí, no tenia intencion de escuchar a su mejor amiga hacer cochinadas en la habitación contigua. tenia cara de mal humor, sonaba My cherrie amour the Stevie Wonder en la radio, no tenia mucho que hacer, otro dia otra buena accion de amiga, hacerle la pata a Alicia, pero igual como siempre, de buen o mal humor, comenzo a cantar la cancion, con cara de culo se dio vuelta y lo vio parado en el marco de la puerta.
—''My cherrie amour, lovely as a summer day'' — sonrió sin esfuerzo — ¿que haces aca, sin Alicia, Dolores Cruz?— dijo el con tono de reproche.
— No mucho Francisco Giber, le hago la pata a tu hermana —sonrió — ¿no te parece suficiente?
—  Paco para los amigos, me contaron que terminaste con Tadeo, ya era hora Lola, ese nene con plata, alcohólico, seamos sinceros.. no era bueno para vos.
Ella se dio media vuelta sonrojada, desde chiquita había tenido ese amor platónico por el hermano de su mejor amiga.
— ¿Estas bien Lola? — dijo el serio.
— Si.. ¿porque lo decís?
— Estas flaca.. como.. cuando. — se veía como pensaba las palabras adecuadas — como cuando.. no estabas bien.
Aunque ella tratara de ocultarlo haciendo que no pasaba nada, y mas allá de que ella realmente deseaba que alguien lo notara, era mas que evidente, tenia la mirada cansada, el delineador corrido que no ayudaba, el pelo rubio seco y revuelto, una remera ancha que hacia parecer sus brazos mas flacos de lo que eran, su sonrisa no se veía igual de vigorosa que otras veces, simplemente, estaba desastrosa.
— Estoy bien Paco — bajo la mirada — de verdad que estoy bien.. ¿no?
El se acerco aun mas de lo que estaba le agarro la cara y le dijo sonriente
— siempre me gustaron tus tres pecas locas — sin dejar de sonreír la beso, el se alejo pero Lola seguía con los ojos cerrados, sin expresión y asi de la nada cayó hacia atrás.
Distante se escuchaban voces abrió un ojo, y lo vio sonriente
— ¿ y esas voces? — dijo ella asustada
— Eran Simon y Alicia, les dije que siguieran, que estabas bien — la tomo en brazos y la miro con disgusto — No pesas nada.
Ella odiaba que le dijeran eso, porque mas allá de sus problemas tenia contextura flaca, nunca iba a pesar mucho y nunca iba a ser gorda, pero era algo que el mundo simplemente no podía comprender.
Estaba completa mente confundida, pero no le importo y simplemente se dejo llevar por el hermano de su mejor amiga — ¿quien no haría eso? — se dijo para si misma y así se dirigió hacia la cocina con Paco que la llevaba en brazos, el la sentó en la barra y saco muchas cosas de la heladera: postres, frutas, pan, manteca, chocolate, sobras de todo tipo y tamaño la miro, sin pensarlo le dijo
— Empeza y yo te ayudo si queres.