—¡Ya sé!— gritó Lola emocionada mientras se levantaba de la silla,— ‘Breakfast At Tiffany’s’—.
Mía rió ante la emoción de su equipo y se volvió a sentar asintiendo. Era el turno de Simón. Se sentó al lado de Noah y este la abrazo con un brazo y la atrajo a su pecho. Mientras simón trataba de imitar a un gorila, Mía se puso a pensar en ellos dos. Su relación, a pesar de que muchos creían que se había venido a menos, era mejor que antes. Aunque Mía no podía evitar llorar de vez en cuando, sabía que él iba a estar bien. Simón tenía un principio de bipolaridad. Nada grave, y completamente tratable, y ella era la única que sabía, gracias a que la mamá de él, se fue de boca. Simón le había rogado que no diga nada, que quería seguir así, ocultándolo, y aunque a ella no le parecía lo mejor, no podía hacer, ni mucho menos decir, nada.
Simón seguía haciendo una vaga imitación de un gorila mientras Tadeo y Noah pensaban y repetían ‘la tengo en la punta de la lengua’.
—¡‘King Kong’!— gritó de repente con exasperación y más de una cabeza se dio vuelta para mirarla,—siempre elige lo mismo manga de retardados mentales, y nunca la adivinan.—revoleó los ojos y se mordió el labio inferior, un gesto típico en ella.— Dios mío, como si fuera muy difícil adivinar que esto—, dijo mientras imitaba de una manera graciosa a Simón hace unos minutos,—es un mono, gorila, whatever—.
—Les ganamos… Otra vez.— dijo en medio de un bostezo Lola.
—Esto ya es aburrido, vallamos a bailar—, sugirió Alicia.
Se levantaron de la mesa y se fueron al piso de abajo. Estuvieron así un rato largo, y mientras todos bailaban desaforadamente, Mía fue a buscar algo para tomar a la barra. Se pidió un Martini de manzana, y cuando estaba volviendo, al pie de la escalera, al lado de la pared, los vio.
Ella estaba colgada, literalmente, de él. Y aunque se les veía poco y nada la cara, los reconoció al instante. Noah y Magda. Camino hasta donde estaban, corrió a Magda de la boca de su novio, y le tiro el Martini en la cabeza, miró a Noah, que tenía cara de no entender nada, le pego un cachetazo, le sonrió y se fue al baño, mientras de a poco cesaban los gritos de histeria de Magda.
El baño estaba vacío. Mía se lavó las manos y se miró al espejo. Tenía su usual pelo lacio todo mezclado y mojado por la traspiración, el rímel y el delineador, que una vez estuvieron bordeando el ojo, ahora le manchaban las mejillas por las lágrimas. Era un desastre. Gritó, y sin pensarlo, le dio un manotazo al espejo. Mía sintió un líquido húmedo y tibio en la palma de su mano, mientras el espejo caía a pedazos. Se miró la palma y tenía un corte, no muy profundo, pero si largo.
—Genial—, murmuro mientras se largaba a llorar otra vez.
Una chica de pelo negro como el carbón, corte bob con flequillo y un lacio perfecto salió del último cubículo.
—Hey, amiga— dijo mientras se acercaba,—¿Estás bien?— pregunto.
Mía la miro, tenía medias de red, converse rojas, una remera, que era imposible no reconocerla, de 5 preview y una camisa tipo leñador negra y blanca que estaba segura que no era de ella. La chica la miraba con una sonrisa en la boca esperando a que termine de analizarla. Mía contestó un vago ‘si’ mientras se lavaba la mano, por lo menos ya había dejado de sangrar.
La chica le pasó papel para que se seque y le sonrió. Mía le devolvió la sonrisa.
—No tenés pinta de estar bien—, le dijo mientras la miraba de arriba abajo con cara de pena.—Toma— sacó un sobre con el tan conocido polvito blanco,—esto te va a hacer mejor— y se lo dio mientras le sonreía, —y no te preocupes, hoy invita la casa—.
—Gracias… pero nunca probé— contestó Mía. La chica abrió el sobrecito, lo apoyo arriba de un seca manos, lo dividió con una uña y aspiró una línea, le armó una a ella y se lo ofreció haciendo un ademán con la mano. Mía la imitó.
Sintió como subía por su nariz y abajaba por su tráquea, e instantáneamente, su humor cambio. Sintió como todo se aclaraba y sintió que veía con más claridad. De repente, Noah y Magda no le importaban tanto. Quería solo bailar y reírse. Tenía muchas ganas de reírse.
La chica la miró y le dio un papel con un número de teléfono.
—Por cualquier cosa—, le sonrió y empezó a caminar a la puerta pero antes de llegar se giró para decir,—Soy Nancy—.
1 comentario:
hola . me entusiasma mucho que te hayas decidido a hacer esto, aunque sea si nadie lo lee ya lo tienes ahi yo tenia un proyecto en mente con personajes reales y nada ficticio pero cambiando indentidades... mi verdadera vida www.prestametupiel.blogspot.com kiza algun dia me anime a postear todo lo que he escrito
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