Releyó el papel para comprobar la dirección. Sí, era un claro ‘Borges 182’, pero el lugar parecía cualquier cosa menos un bar. En la puerta había un hombre de seguridad. Mía caminó hasta ahí, y saludo al señor.
—Documento, por favor—pidió de manera descortés. Mía saco de su cartera una cédula de identidad y se la pasó algo nerviosa. Era falsa, ya que ella apenas cumplía diecisiete esa noche después de las doce. El hombre miró la miro a ella y luego a la fato del papel, y la dejó pasar, aunque algo desconfiado.
Adentro se encontró con Alicia en la barra.
—¡Mía!—grito efusivamente, estaba borracha.
—Hola Al—respondió y antes de seguir caminando añadió, en forma de broma—no te caigas borracha—.
Mía caminó un poco más y cerca del escenario, divisó a Alicia (que había vuelto del baño) y a Simón, abrazados. Tadeo, que estaba sentado en la misma mesa que ellos dos, miraba con tristeza a la mesa de al lado, donde estaban Lola y Juan charlando animadamente. También estaba Magda. Con Noah.
—¿Vos sos Mía?—le preguntó un chico. Supuso que era un técnico. Asintió.—En dos minutos te toca—.
Mía se acerco a la barra, pidió un tequila y lo tomó antes de agarrar una guitarra y subir al escenario. Se sentó en una banqueta mientras regulaba el micrófono. Miró a Noah, que todavía no había la había visto. Un reflector la encandilo.
—Esta canción se llama Breathe—anunció por el micrófono y comenzó a tocar.
Cuando estaba por terminar la canción, no aguanto y miró a Noah, y notó como una lagrima le bajaba lentamente por la mejilla. Noah se la escurrió rápidamente y miró para otro lado.
Mía terminó de cantar y bajó tan rápido como pudo, entregándole la guitarra al chico del principio y escabulléndose por la puerta de atrás. Se alejó unos paso, ya llorando, pero estaba oscuro y se tropezó con su propio pie y se golpeó la rodilla.
—¡¿Todo mal me tiene que salir?!—casi gritó cuando vio que su jean, ahora roto por el golpe, tenía sangre.
Mía se paro y se empezó a sacudir la tierra, girando sobre si misma sin mirar y se choco con alguien.
—¿Estás bien?— preguntó Noah mientras la agarraba de los brazos ara que no se callera otra vez. Mía lo miro de mala manera y se trató de alejar, pero Noah no la soltó.—No te vayas—pidió en un susurro—por favor, no te vayas otra vez—.
—Por favor vos, Noah—le pidió,—ahora no, no me la compliques más— se le quebró la voz.
Noah la abrazó, y Mía, ahora llorando de nuevo, lo agarró con fuerza.
—Yo tampoco puedo respirar sin vos*—, le dijo tiernamente en el oído.
Mía se separo un poco y lo miró, para acercarse y besarlo en puntitas de pie.
—Entonces,—le dijo mientras deshacía el beso,—respiremos juntos—.
Noah la levanto del suelo y la volvió a besar.
*Noah hace referencia al fragmento: 'And I can't, breathe, without you, but I have to...', de la cancion que canta Mia, Breathe, de Taylor Swift.
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